Ariel, luna de Neptuno, revela indicios de actividad subterránea con abundantes depósitos de dióxido de carbono y monóxido de carbono

El estudio sobre Ariel revela depósitos inesperados de dióxido de carbono y monóxido de carbono, sugiriendo actividad subterránea.

Un nuevo estudio sugiere que estos compuestos emergen desde un posible océano subterráneo, desafiando las expectativas científicas sobre esta luna.

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Un reciente estudio revela que el dióxido de carbono y otras moléculas en la luna Ariel de Neptuno están emergiendo desde su interior, posiblemente de un océano líquido subterráneo. Utilizando el telescopio espacial James Webb para obtener espectros químicos de Ariel y compararlos con mezclas químicas simuladas en el laboratorio, el equipo liderado por Richard Cartwright del Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins encontró que Ariel posee algunos de los depósitos más ricos en dióxido de carbono del sistema solar, con un espesor estimado de al menos 10 milímetros en su hemisferio posterior. Además, detectaron señales de monóxido de carbono, una molécula que no debería estar presente debido a las temperaturas superficiales de Ariel.

Cartwright explicó que el monóxido de carbono necesita temperaturas extremadamente bajas para estabilizarse, lo que sugiere que debe ser repuesto activamente. La radiólisis, o el bombardeo de radiación sobre el hielo de agua mezclado con material rico en carbono, podría ser una fuente de esta reposición, produciendo tanto dióxido de carbono como monóxido de carbono.

Las interacciones entre la magnetosfera de Urano y sus lunas han sido limitadas, pero la mayor parte de los óxidos de carbono en Ariel podrían provenir de procesos químicos subterráneos en un océano bajo su superficie helada, escapando a través de grietas o columnas eruptivas. Además, observaciones recientes sugieren la presencia de minerales de carbonato, indicando interacción entre agua líquida y rocas.

Estos descubrimientos subrayan la posibilidad de que Ariel esté activa geológicamente. Un estudio previo sugirió que Ariel o su luna hermana Miranda podrían estar emitiendo material a la magnetosfera de Urano, posiblemente a través de columnas.

En 2023, la comunidad científica priorizó una misión dedicada a Urano, lo que abre la posibilidad de explorar este sistema y obtener respuestas concretas sobre sus lunas y su actividad subterránea. Cartwright destaca la importancia de esta misión para entender mejor los gigantes de hielo y sus lunas oceánicas, con implicaciones para otros sistemas estelares. Los surcos en el hemisferio posterior de Ariel podrían ser la clave para entender la abundancia de dióxido de carbono y monóxido de carbono en esa región, proporcionando una explicación alternativa a estos hallazgos.