Antares de la Luz, el líder sectario chileno que sacrificó a su hija recién nacida en un ritual macabro

Antares de la Luz, líder de una secta en Chile, sacrificó a su hija recién nacida en un ritual, creyendo que era el anticristo.
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Antares de la Luz, el líder sectario chileno que sacrificó a su hija recién nacida en un ritual macabro

Antares de la Luz, líder de secta, sacrificó a su hija recién nacida en un ritual en Chile, creyendo que era el anticristo.

Ramón Castillo Gaete, conocido como Antares de la Luz, dirigía una secta en Chile y quemó viva a su hija en 2013, creyendo que era el anticristo.

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Ramón Castillo Gaete, conocido bajo el nombre de Antares de la Luz, fue el líder de una secta en Chile que cometió un acto horrendo en 2013. Castillo Gaete, quien afirmaba ser la reencarnación de Dios, quemó viva a su hija recién nacida en un ritual macabro, convencido de que ella era el anticristo.

Nacido el 20 de septiembre de 1977 en Santiago de Chile, Ramón Castillo Gaete tuvo una infancia marcada por la separación de sus padres. Vivió en los municipios de La Reina y Peñalolén, y mostró un temprano interés por la música. Tras terminar sus estudios secundarios, ingresó a la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y se graduó como profesor de música. Luego se unió al grupo musical Amaru, especializado en música andina, donde tocaba el clarinete, la zampoña y la quena.

Un viaje a China en 2007 transformó la vida de Castillo Gaete. A su regreso a Chile en 2009, adoptó el nombre Antares de la Luz, inspirado en la estrella más brillante de la constelación de Escorpión. Comenzó a liderar un grupo de sanación espiritual en Las Condes, Santiago, atrayendo a personas con problemas emocionales y espirituales. El grupo, conocido como la Secta de Colliguay, utilizaba ayahuasca en sus rituales de "sanación" y Castillo Gaete afirmaba ser la reencarnación de Dios.

El carismático líder pronto ganó un control absoluto sobre sus seguidores, quienes abandonaron sus familias y entregaron todas sus posesiones. Castillo Gaete los convenció de que él tenía la misión divina de salvar al mundo y que debían obedecer sus órdenes sin cuestionarlas, incluso cuando incluían relaciones sexuales forzadas y castigos físicos.

En noviembre de 2012, una de las seguidoras, Natalia Guerra, dio a luz a una niña. Castillo Gaete, bajo la influencia de ayahuasca, afirmó haber tenido una revelación en la que la bebé era el anticristo. El 21 de noviembre de 2012, Natalia Guerra dio a luz en un hospital y, dos días después, Antares de la Luz llevó a la recién nacida a una cabaña en Colliguay. Allí, en una fogata encendida en medio de la noche, arrojó a la bebé a las llamas y la quemó viva, afirmando que así salvaba al mundo.

La promesa de Castillo Gaete de que el mundo terminaría el 21 de diciembre de 2012 no se cumplió, y esto comenzó a sembrar dudas entre sus seguidores. Intentó restablecer su control diciendo que el apocalipsis se había pospuesto al 21 de abril de 2013 y ordenó a sus seguidores trasladarse a Ecuador. Sin embargo, el asesinato de la bebé y las órdenes cada vez más irracionales provocaron la deserción de varios miembros clave.

La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) inició una investigación tras recibir una denuncia anónima a principios de 2013. El 1 de mayo de 2013, la búsqueda de Castillo Gaete terminó cuando fue encontrado muerto en una casa en Cuzco, Perú. La policía confirmó que se había suicidado.

En 2017, Natalia Guerra fue condenada por parricidio en grado de consumado y Pablo Undurraga, otro miembro de la secta, fue condenado por homicidio calificado. Ambos recibieron sentencias de cinco años de prisión. Actualmente, todos los miembros de la Secta de Colliguay, excepto Antares de la Luz, están en libertad.

Este perturbador caso subraya los peligros de la manipulación sectaria y la devastación que pueden causar las creencias extremistas.

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